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Tema 5. Con la Misericordia de Dios reinicio mi vida
abril 4
Saludo y Presentación Inicial
¡Hola! Bienvenido a 3 Pasos para Vivir el Evangelio Diario. Hoy en este 5º Encuentro de nuestros Ejercicios Cuaresmales, meditamos en el Evangelio de Juan 8, 1-11, donde vemos a una mujer sorprendida en adulterio llevada ante Jesús para ser juzgada. Los fariseos y escribas la exponen públicamente, buscando que Jesús elija entre la justicia de la ley o la misericordia de Dios. Pero en lugar de condenarla, Jesús responde con una frase que nos desafía a todos: “El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra”.
Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestra propia actitud frente al pecado de los demás y el perdón de Dios. Para ello, tomemos tres pasos concretos.
Del santo Evangelio según san Juan: 8, 1-11
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos y al amanecer se presentó de nuevo en el templo, donde la multitud se le acercaba; y él, sentado entre ellos, les enseñaba.
Entonces los escribas y fariseos le llevaron a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola frente a él, le dijeron: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos manda en la ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?”.
Le preguntaban esto para ponerle una trampa y poder acusarlo. Pero Jesús se agachó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían en su pregunta, se incorporó y les dijo: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra”. Se volvió a agachar y siguió escribiendo en el suelo.
Al oír aquellas palabras, los acusadores comenzaron a escabullirse uno tras otro, empezando por los más viejos, hasta que dejaron solos a Jesús y a la mujer, que estaba de pie, junto a él.
Entonces Jesús se enderezó y le preguntó: “Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Nadie te ha condenado?”. Ella le contestó: “Nadie, Señor”. Y Jesús le dijo: “Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Momento de Reflexión
Paso 1: Suelta las piedras de la condena
Los fariseos llevan a la mujer ante Jesús con el deseo de juzgarla. Pero Jesús los confronta con su propia realidad: nadie está libre de pecado. Muchas veces también nosotros señalamos los errores de los demás sin mirar nuestro propio corazón. La crítica fácil y la dureza con los demás pueden nublar nuestra propia necesidad de conversión. Cuando nos enfocamos en los pecados ajenos, olvidamos que todos estamos en camino y que Dios nos llama a la humildad. Suelta esas piedras que cargas contra los demás y permite que el amor de Dios transforme tu mirada.
Imagina… A una mujer que siempre critica a los demás por sus fallas. Pero un día, alguien le muestra con caridad sus propios errores y comprende que también ella necesita misericordia. Desde entonces, en lugar de condenar, empieza a comprender.
Pregunta para ti: ¿En qué momentos has sido rápido para juzgar a los demás sin mirar tu propia vida?
Paso 2: Acércate a la misericordia de Dios
Jesús no niega el pecado de la mujer, pero tampoco la condena. En cambio, le ofrece la posibilidad de una nueva vida. Así es la misericordia de Dios: no ignora nuestras fallas, pero nos da la oportunidad de comenzar de nuevo. Muchas veces nos cuesta creer en el perdón de Dios, y nos quedamos atrapados en la culpa o el miedo. Pero Dios no se cansa de darnos una nueva oportunidad, si tenemos un corazón dispuesto a cambiar. No dudes de su amor, acércate con confianza y experimenta la paz que solo Él puede dar.
Imagina… A un hombre que ha fallado muchas veces y siente que Dios no lo puede perdonar. Pero un día, se acerca al sacramento de la Reconciliación y experimenta la paz de un corazón renovado. Desde entonces, vive con esperanza.
Pregunta para ti: ¿Has experimentado la misericordia de Dios en tu vida, o sigues cargando con culpas del pasado?
Paso 3: Vive en la gracia y no vuelvas atrás
Jesús le dice a la mujer: “Anda y en adelante no peques más”. No solo la perdona, sino que la llama a una vida nueva. La misericordia de Dios nos transforma y nos invita a no volver al pecado. El perdón no es solo un punto final, sino el inicio de un camino renovado. Para ello, necesitamos confiar en Dios, perseverar y alejarnos de lo que nos lleva a caer. Vive en la gracia, fortalécete en la oración y en los sacramentos, y construye una vida que refleje el amor de Dios.
Imagina… A un joven que lucha con un vicio y, tras muchas caídas, decide aferrarse a Dios con firmeza. Con esfuerzo y con la gracia de Dios, logra salir adelante y se convierte en testimonio para otros.
Pregunta para ti: ¿Qué necesitas dejar atrás para vivir en la gracia de Dios?
Conclusión
Hoy, Jesús nos invita a dar tres pasos concretos: Suelta las piedras de la condena, aprendiendo a ver con misericordia.
Acércate a la misericordia de Dios, confiando en su amor y perdón.
Vive en la gracia y no vuelvas atrás, caminando hacia una vida nueva.
Suelta, acércate y vive. Así reflejamos el amor de Dios.
Despedida Final
Que la escucha de la Palabra de Dios se convierta en una bendición para toda tu jornada. ¡Hasta la próxima!
¿Qué es 3 Pasos para vivir el Evangelio Diario?
Es un espacio diseñado para acompañarte en el hermoso desafío de descubrir tu vida como un camino. Cada día nos encontramos ante la oportunidad de avanzar y este podcast busca ser una guía basada en la Palabra de Dios para dar tres pasos concretos hacia nuestra meta final: estar con Él.
Con reflexiones claras y accesibles exploramos juntos el Evangelio, desglosándolo en pasos prácticos que te ayuden a vivir más plenamente tu fe. Este esfuerzo no es solo un momento de escucha, sino una invitación a caminar juntos cada día al encuentro con Dios