
Homilía – Corpus Christi – 19 de Junio de 2025
junio 19
🎧 3 Pasos para Vivir el Evangelio Diario
📅 Jueves 19 de junio de 2025
📖 Evangelio según San Lucas 9, 11-17
🕊️ Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo
Saludo y Presentación
Queridos hermanos y hermanas, continuamos nuestro Caminar este Jueves 19 de junio de 2025. Hoy celebramos la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, Corpus Christi. Es un día para detenernos, para contemplar y agradecer ese amor tan grande de Jesús que se nos entrega no solo en el espíritu, sino en la realidad más tangible: como nuestro alimento. Y mi corazón de párroco, de su sacerdote, está particularmente conmovido porque antes de esta Misa, hemos vivido esa hermosa procesión, un testimonio público de nuestra fe. Que la presencia viva de Jesús inunde cada rincón de nuestro ser y nuestra comunidad en este día tan especial, un día en el que, además, prepararemos nuestros corazones para la renovación de los ministerios de quienes nos ayudan a llevar la Comunión.
Introducción Contextualizada
¿No nos ha pasado, hermanos, que ante una necesidad desbordante, esa que parece imposible de resolver, nos invade una sensación de impotencia? Pensamos: “¡Esto es demasiado! ¿Cómo vamos a resolverlo con tan poco?” Los discípulos debieron sentir algo parecido en el Evangelio de hoy. Jesús está con una multitud de cinco mil hombres, hambrientos, en un lugar apartado. Y ellos, con apenas unos panes y unos peces, sugieren: “Despídelos”. Pero Jesús, con esa mirada que lo ve todo, esa mirada llena de amor y poder, nos da una lección que transforma nuestra lógica: cuando se pone en sus manos lo poco que tenemos, Él lo abraza, lo bendice, lo multiplica de tal forma que no solo alcanza, ¡sino que sobra para todos!
Este milagro de la multiplicación de los panes y los peces no es solo una historia del pasado. Es un adelanto, un eco profético de lo que sucede en cada Misa, en cada Eucaristía: Jesús se nos da a sí mismo, su Cuerpo y su Sangre, como verdadero y real alimento para nuestra alma y nuestro cuerpo. Y hoy, con una emoción especial, nos preparamos para un momento profundo: veremos cómo Jesús sigue extendiendo su amor y su presencia a través de manos que no son las suyas, que son las de ustedes. Para nuestros Ministros Extraordinarios de la Comunión, quienes están a punto de renovar su vocación, y para toda nuestra querida comunidad que los acoge, vamos a desglosar este Evangelio en 3 pasos sencillos para vivir la Eucaristía como la fuente viva y palpable de nuestra existencia, y para comprender la inmensa misión que el Señor nos confía a todos.
Lectura del Evangelio
Escuchemos con el corazón abierto, y con la fe que nace de la Eucaristía, esta Palabra de Jesús, del Evangelio según San Lucas 9, 11-17:
Lucas 9, 11-17 “La gente lo recibió y él les habló del Reino de Dios y curó a los que lo necesitaban. Al atardecer, los Doce se acercaron a decirle: ‘Despide a la gente para que vayan a las aldeas y rancherías de los alrededores a buscar alojamiento y comida, porque aquí estamos en un lugar despoblado’. Él les contestó: ‘Denles ustedes de comer’. Ellos respondieron: ‘No tenemos más que cinco panes y dos pescados. A no ser que vayamos a comprar comida para toda esta gente’. Eran unos cinco mil hombres. Entonces Jesús les dijo a sus discípulos: ‘Háganlos sentarse en grupos de cincuenta’. Así lo hicieron y todos se sentaron. Jesús tomó entonces los cinco panes y y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió y se los dio a los discípulos para que se los repartieran a la gente. Todos comieron y quedaron satisfechos, y de lo que sobró se recogieron doce canastas.” Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión: 3 Pasos para Vivir el Evangelio Diario
Hermanos, en este día tan solemne de Corpus Christi, el Evangelio nos conmueve al mostrarnos a Jesús que no solo se preocupa por nuestra alma, sino también por nuestro hambre más profunda. Él nos alimenta, se entrega por nosotros. Aquí les propongo tres acciones concretas, que nacen del corazón de Cristo, para que la Eucaristía sea el centro de nuestra vida, y para que cada uno de nosotros, en nuestro lugar, viva la vocación que el Señor nos confía.
1️⃣ Primer Paso: Entreguemos a Jesús lo poco que tenemos.
- Desde el Evangelio: Los discípulos, con su humanidad, se sentían abrumados, insuficientes con “cinco panes y dos pescados” frente a una multitud. Pero Jesús, con una confianza infinita, tomó justamente eso, ¡lo poco que había!, y lo multiplicó.
- ¿Cómo lo vivimos?: ¿Cuántas veces, hermanos, nos sentimos pequeños, con poco tiempo, poca paciencia, pocos recursos, frente a las necesidades de nuestra familia, de nuestra comunidad, del mundo? Pensamos: “¿Qué puedo hacer yo con esto?” Pero este paso nos invita a una fe radical: a poner todo lo que somos y tenemos, por insignificante que parezca, en las manos amorosas de Jesús. Él no necesita nuestra perfección, ni nuestras grandes obras; solo necesita nuestra disponibilidad, nuestra fe más sencilla, nuestro “aquí estoy, Señor”.
- Para los Ministros: Mis queridos hermanos y hermanas que hoy se preparan para renovar su ministerio: si en algún momento sienten ese temor, esa duda, esa voz que les dice “no eres suficiente”, ¡cállenla! Recuerden esto: Jesús no les pidió a los discípulos que crearan el alimento, solo que le entregaran lo que tenían. Su disposición generosa, su valioso tiempo, sus manos consagradas por el servicio, aunque las sientan a veces frágiles, son precisamente lo que Jesús necesita hoy para obrar su milagro. Y si alguna vez se encuentran con un rechazo, con la incomprensión, sepan que no es a ustedes a quienes se rechaza, sino que, tristemente, es la pobre fe que a veces nos impide ver a Dios obrando a través de lo sencillo. No permitan que eso les quite la paz. No hay que temer la propia debilidad si se abandona en las manos de Dios.
- Pregunta introspectiva: ¿Qué das a Jesús hoy?
2️⃣ Segundo Paso: Recibamos a Jesús Eucaristía como alimento para la vida.
- Desde el Evangelio: Jesús bendijo los panes y pescados, los partió con ternura y los dio a sus discípulos para que los repartieran. Y lo más hermoso: ¡todos comieron y quedaron satisfechos!
- ¿Cómo lo vivimos?: La Eucaristía, mis hermanos, es el corazón latente de nuestra fe, el Cuerpo y la Sangre de Cristo que nos nutren hasta lo más hondo del alma. Es lo que nos da la fuerza, la esperanza y la alegría para el camino. Como San Pablo nos recuerda, es un mandato de amor del Señor. Este paso es una invitación profunda a vivir cada Comunión no como un rito más, sino como un verdadero encuentro vital, íntimo, con Jesús que nos alimenta y nos fortalece para la vida.
- Para toda la comunidad: Hermanos, es fundamental que comprendamos y abracemos la inmensa necesidad y dignidad de los Ministros Extraordinarios. El sacerdote solo jamás podría llegar a todos. Me lo decía con lágrimas en los ojos un enfermo hace poco: “Padre, para mí la visita del ministro con la Comunión es mi pedacito de cielo”. No podemos, por falta de conocimiento o por prejuicios, dudar o rechazar a quienes el Señor ha llamado para esta misión tan sagrada. ¡Distribuir la Comunión a miles de personas los domingos, o llevar el consuelo eucarístico a tantos enfermos y ancianos de nuestra comunidad, es una misión que supera la capacidad de uno solo! Dios mismo, en su amor misericordioso, y para que nadie se quede sin su alimento, se vale de las manos de estos hermanos y hermanas laicos. Por eso, cuando ellos les dan la hostia, es a Jesús mismo a quien están recibiendo. Una fe que solo ve “de quién” se recibe, y no “a Quién” se recibe, es una fe que necesita crecer y profundizarse. Abrámosles el corazón y la mente. Recíbanlos con fe profunda, con reverencia y con la gratitud que nace de un corazón que ama a Cristo presente en ellos.
- Pregunta introspectiva: ¿Cómo recibirás a Jesús en la Eucaristía?
3️⃣ Tercer Paso: Compartamos el don recibido, hasta que sobren canastas.
- Desde el Evangelio: Después de que todos comieron y quedaron satisfechos, nos dice la Palabra que “de lo que sobró se recogieron doce canastas.” ¡La generosidad de Dios siempre desborda, siempre es más de lo que esperamos!
- ¿Cómo lo vivimos?: Cuando nos alimentamos de Cristo, su amor y su fuerza nos transforman. Pero ese amor no es para guardarse; la vida de fe es para desbordarse, para compartirse. Este paso nos reta a ser canales vivos de la gracia de Dios para los demás, desbordando amor, paz, esperanza, consuelo y ayuda. Si hemos recibido tanto de Jesús, especialmente en la Eucaristía, ¿cómo podemos no compartirlo con un mundo que tanto lo necesita? Hoy, que vivimos esta hermosa procesión de fe por nuestras calles, somos llamados a seguir llevando a Jesús Eucaristía no solo en el copón, sino en nuestra propia vida a cada rincón de nuestra sociedad.
- Para los Ministros: ¡Su misión, queridos Ministros, es sublime, es verdaderamente sagrada! Son las manos y los pies de Jesús que alcanzan donde el sacerdote no puede llegar. Recuerden siempre: “llevar la Comunión a un enfermo es llevar al mismo Cristo a su casa”. A través de ustedes, el enfermo recibe consuelo, el anciano siente la presencia tierna de Cristo, y la comunidad se alimenta. No hay mayor honor que ser instrumento vivo de Dios, sus “canastas desbordantes” de gracia. Prepárense con alegría y confianza para renovar su “sí”, porque la Iglesia los necesita vitalmente, ¡y el Señor los respalda con todo su amor! Su servicio nos enseña a todos que lo importante es que Cristo llegue, sin importar a través de qué manos.
- Pregunta introspectiva: ¿Cómo compartirás hoy a Cristo con los demás?
Conclusión
Así que, hermanos, en esta Solemne y bendita Fiesta del Corpus Christi, llevémonos estos 3 pasos prácticos que tocan el corazón de nuestra fe y de nuestra misión:
- Primero, entreguemos a Jesús lo poco que tenemos.
- Segundo, recibamos a Jesús Eucaristía como alimento para la vida.
- Y tercero, compartamos el don recibido, hasta que sobren canastas.
Que estos tres pasos, hermanos, nos ayuden a vivir con mayor plenitud nuestra fe y a ser ese reflejo de Dios que el mundo necesita. Y ahora, con el corazón lleno de gratitud y esperanza, preparémonos para ser testigos de un momento bellísimo, un “sí” generoso: la renovación del ministerio de nuestros queridos Ministros Extraordinarios de la Comunión. Démosles todo nuestro cariño, respeto y apoyo. Llevémonos estas ideas al altar, a nuestro encuentro con Jesús Eucaristía, y pidámosle la gracia para hacerlas vida, para que nuestra vida sea un canto de amor y gratitud.
Despedida fija
Que la escucha de la Palabra de Dios se convierta en una bendición para toda nuestra jornada. ¡Hasta la próxima!
¿Qué es 3 Pasos para vivir el Evangelio Diario?
Es un espacio diseñado para acompañarte en el hermoso desafío de descubrir tu vida como un camino. Cada día nos encontramos ante la oportunidad de avanzar y este podcast busca ser una guía basada en la Palabra de Dios para dar tres pasos concretos hacia nuestra meta final: estar con Él.
Con reflexiones claras y accesibles exploramos juntos el Evangelio, desglosándolo en pasos prácticos que te ayuden a vivir más plenamente tu fe. Este esfuerzo no es solo un momento de escucha, sino una invitación a caminar juntos cada día al encuentro con Dios