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Miércoles, 29 de enero de 2025
enero 29
Reflexión: *3 Pasos para Vivir el Evangelio Diario
Miércoles, 29 de enero de 2025
**Evangelio: Marcos 4, 1-20
3ª Semana del Tiempo Ordinario
1. Saludo y Presentación Inicial
¡Hola, queridos hermanos y hermanas! Bienvenidos a un nuevo episodio de *3 Pasos para Vivir el Evangelio Diario*. Hoy es miércoles, 29 de enero de 2025, y nos encontramos en la 4ª semana del Tiempo Ordinario. Que la Virgen de Guadalupe, nuestra madre celestial, nos acompañe y nos dé la fuerza para seguir el camino de Cristo.
2. Introducción Contextualizada
El Evangelio de hoy, tomado de Marcos 4, 1-20, nos presenta una de las parábolas más conocidas de Jesús: la del sembrador. En esta parábola, Jesús habla de un sembrador que esparce semillas que caen en distintos tipos de terreno, obteniendo resultados muy diferentes.
Esta enseñanza nos invita a reflexionar sobre nuestra apertura a la Palabra de Dios y cómo podemos permitir que dé fruto en nuestra vida. Jesús explica que las semillas representan su mensaje, y los terrenos simbolizan nuestros corazones y actitudes. Hoy, más que nunca, necesitamos preparar nuestra vida para recibir esa semilla y permitir que dé fruto abundante.
3. Lectura del Evangelio
Salió el sembrador a sembrar.
Del santo Evangelio según san Marcos: 4, 1-20
En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago, y se reunió una muchedumbre tan grande, que Jesús tuvo que subir en una barca; ahí se sentó, mientras la gente estaba en tierra, junto a la orilla. Les estuvo enseñando muchas cosas con parábolas y les decía:
“Escuchen. Salió el sembrador a sembrar. Cuando iba sembrando, unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra no era profunda, las plantas brotaron enseguida; pero cuando salió el sol, se quemaron, y por falta de raíz, se secaron. Otros granos cayeron entre espinas; las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron madurar. Finalmente, los otros granos cayeron en tierra buena; las plantas fueron brotando y creciendo y produjeron el treinta, el sesenta o el ciento por uno”. Y añadió Jesús: “El que tenga oídos para oír, que oiga”.
Cuando se quedaron solos, sus acompañantes y los Doce le preguntaron qué quería decir la parábola. Entonces Jesús les dijo: “A ustedes se les ha confiado el secreto del Reino de Dios; en cambio, a los que están fuera, todo les queda oscuro; así, por más que miren, no verán; por más que oigan, no entenderán; a menos que se conviertan y sean perdonados”.
Y les dijo a continuación: “Si no entienden esta parábola, ¿cómo van a comprender todas las demás? ‘El sembrador’ siembra la palabra. ‘Los granos de la vereda’ son aquellos en quienes se siembra la palabra, pero cuando la acaban de escuchar, viene Satanás y se lleva la palabra sembrada en ellos.
‘Los que reciben la semilla en terreno pedregoso’ , son los que, al escuchar la palabra, de momento la reciben con alegría; pero no tienen raíces, son inconstantes, y en cuanto surge un problema o una contrariedad por causa de la palabra, se dan por vencidos.
‘Los que reciben la semilla entre espinas’ son los que escuchan la palabra; pero por las preocupaciones de esta vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás, que los invade, ahogan la palabra y la hacen estéril.
Por fin, ‘los que reciben la semilla en tierra buena’ son aquellos que escuchan la palabra, la aceptan y dan una cosecha: unos, de treinta; otros, de sesenta; y otros, de ciento por uno”.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
4. Momento de Reflexión: Invitación a Vivir los 3 Pasos
Hermanos, la parábola del sembrador nos invita a examinar cómo acogemos la palabra de Dios en nuestras vidas. Reflexionemos juntos en tres pasos prácticos para vivir esta enseñanza y permitir que la palabra de Dios dé fruto en nosotros.
Paso 1: Examina tu terreno
Jesús habla de distintos tipos de terreno, cada uno con sus desafíos. Algunos corazones están llenos de distracciones, como el terreno entre espinos. Otros son superficiales, como el terreno pedregoso. Jesús nos invita a ser tierra buena, que escucha y acoge la Palabra de Dios para que dé fruto.
Vemos a Jesús, él siembra su Palabra con generosidad, sin importar el terreno, siempre esperando que produzca frutos.
Imagina: que un agricultor deposita una semilla en tus manos y te pide cuidarla. ¿Qué harías para asegurarte de que crezca?
Pregúntate: ¿Qué obstáculos hay en mi vida que me impiden recibir plenamente la Palabra de Dios?
Paso 2: Sé constante en el cuidado
El fruto no aparece de inmediato. Jesús nos muestra que la tierra buena requiere paciencia y dedicación. Vivir el Evangelio no es cuestión de emociones pasajeras, sino de compromiso diario.
Vemos a Jesús cómo Él explica con paciencia esta parábola a sus discípulos, ayudándolos a entender y crecer en fe.
Imagina: que plantas una semilla y, cada día, le dedicas unos minutos para regarla y protegerla. ¿Qué cambio notarías al cabo de unas semanas?
Pregúntate: ¿Dedico tiempo diario a cuidar mi fe con la oración, la Eucaristía y las obras de amor?
Paso 3: Da fruto abundante
El propósito final es dar fruto, no solo para nosotros, sino para los demás. Jesús nos invita a ser generosos, compartiendo la Palabra que hemos recibido con quienes nos rodean.
Vemos a Jesús cómo su enseñanza da frutos en los corazones dispuestos, transformando vidas y comunidades enteras.
Imagina: que la semilla que cuidaste ahora da frutos y otros se alimentan de ellos. ¿Cómo se siente ser parte de esa transformación?
Pregúntate: ¿Estoy dispuesto a compartir la Palabra de Dios con los demás, o prefiero quedarme con los frutos solo para mí?
5. Conclusión
Concluyendo nuestra reflexión, recuerda que:
1.- Examina tu terreno para recibir la Palabra de Dios con un corazón dispuesto.
2.- Sé constante en el cuidado de tu fe, dedicando tiempo y esfuerzo a tu relación con el Señor.
3.- Da fruto abundante, compartiendo lo que has recibido con quienes te rodean.
Jesús, el gran sembrador, nos llama a ser tierra buena. Abramos nuestro corazón y permitamos que su Palabra transforme nuestra vida y la de los demás.
6. Despedida Final
Que la escucha de la palabra de Dios se convierta en una bendición para toda tu jornada. ¡Nos escuchamos mañana!
¿Qué es 3 Pasos para vivir el Evangelio Diario?
Es un espacio diseñado para acompañarte en el hermoso desafío de descubrir tu vida como un camino. Cada día nos encontramos ante la oportunidad de avanzar y este podcast busca ser una guía basada en la Palabra de Dios para dar tres pasos concretos hacia nuestra meta final: estar con Él.
Con reflexiones claras y accesibles exploramos juntos el Evangelio, desglosándolo en pasos prácticos que te ayuden a vivir más plenamente tu fe. Este esfuerzo no es solo un momento de escucha, sino una invitación a caminar juntos cada día al encuentro con Dios