
Oración – Vigilia de Pentecostés
junio 7
Vigilia de Oración Pentecostés 2025
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo” (Hech 2, 4a)
Lector 1: Queridos hermanos y hermanas en Cristo, sean bienvenidos a la celebración de esta Vigilia de Pentecostés. Hace cincuenta días, celebramos la Pascua de Resurrección. Hoy, en “esta noche santa”, celebramos la Vigilia de Pentecostés, es decir, la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y sobre toda la Iglesia. Dios Espíritu Santo, es quien guía el caminar de la Iglesia, de cada familia y de cada cristiano. En esta vigilia, dejemos que el Espíritu Santo renueve nuestras mentes y corazones, que nos haga sensibles y dóciles a la Divina voluntad.
Puestos de pie, iniciemos nuestra celebración, cantando: Envía, Señor, tu Espíritu, que renueve nuestros corazones. (J. Madurga)
Sacerdote:
V/ En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
R/ Amén.
Saludo: Que el amor de Dios que ha sido infundido en nuestros corazones por medio del Espíritu, esté con todos ustedes.
R/ Y con tu espíritu.
OREMOS: Dios, Padre de bondad, que has querido que celebráramos las fiestas pascuales durante cincuenta días, derrama sobre nosotros tu Espíritu de Amor como hiciste en Pentecostés, para que seamos también nosotros testigos de la Resurrección de tu Hijo, Jesucristo, nuestro Señor que nos ha concedido el Espíritu Santo para discernir la renovación que nuestra Iglesia necesita. Por Jesucristo Nuestro Señor.
R/ Amén.
Monitor: Nos podemos sentar.
Lector 2: Como en aquel tiempo, también hoy nos reunimos junto con María, la madre de Jesús y madre nuestra para reconocer los signos de la nueva creación en la sociedad y en la historia. El Espíritu Santo que recibieron los apóstoles es el mismo Espíritu que estuvo en el inicio de la creación, en la liberación de Egipto, en el nacimiento de la Iglesia y en la que un día recibimos en nuestro bautismo, y es el mismo Espíritu que hoy Jesús Resucitado sigue derramando sobre nosotros, para animar nuestro caminar creyente y acompañarnos en un proceso de discernimiento que nos conduzca hacia una participación en la nueva creación y renovación eclesial.
Lector 1: Oremos, en esta Vigilia, especialmente por nuestra comunidad. Queremos dejar que el corazón se aquiete para conversar con el Señor de la vida.
Lector 2: El Espíritu Santo nos invita a permanecer en vela, para percibir su presencia, para escudriñar sus acciones en la historia de la sociedad, para acoger sus movimientos en nosotros. Velando, estamos dispuestos a que se realice en cada uno de nosotros un nuevo Pentecostés, comprometiéndonos con una cultura ecológica y solidaria, y erradicando las malas prácticas que nos impiden vivir con gozo la fuerza del amor de Dios. Este es nuestro anhelo y nuestra esperanza. Pentecostés es la Pascua del Espíritu, Aliento de Dios que pone en movimiento la fe y la vida.
Lector 1: Traigamos a nuestra mente y pongamos ante Dios Espíritu Santo, los rostros de nuestros seres queridos; los rostros de tantas mujeres, varones, migrantes de nuestro país, a quienes reconocemos como hermanos y especialmente a aquellos que se sienten discriminados, excluidos y que viven en una situación de abuso, pobreza, desesperanza.
Lector 2: En esta vigilia nos encontramos con la Buena Nueva de Cristo Resucitado, que hoy se hace peregrino, y nos ilumina para discernir los Signos de los Tiempos y para descubrir la acción de Dios y las semillas del Reino presentes en la historia, en los fenómenos emergentes, y en las búsquedas de diversos grupos humanos que claman justicia y reconocimiento.
EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
Monitor: Puestos de rodillas, nos disponemos para recibir a Jesús Sacramentado.
Canto: Cantemos al amor de los amores. (Disponer una silla y reclinatorio para el sacerdote en el transepto)
LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO EN NUESTRA VIDA
Conforme se presenten cada uno de los dones, una persona que represente cada grupo de la Comunidad, encenderá un cirio y lo colocará debajo del altar.
Lector 1: El Espíritu Santo nos renueva constantemente y nos acompaña en el seguimiento de Cristo. Acogemos los dones que el Espíritu nos regala para vivir nuestra fe y nuestro compromiso en la Iglesia y la sociedad.
Lector 2: Una Iglesia profética y sinodal que infunde esperanza y necesita de todos nosotros una mística de ojos abiertos, reflexiva y no adormecida. Hagamos un momento de silencio, para implorar la luz del Espíritu Santo para nuestra vida, para nuestra Comunidad.
Monición: Sentados y en espíritu de atenta escucha, pidamos al Señor que nos conceda profundizar y hacer vida cada uno de los Siete Sagrados Dones que el Espíritu Santo ha infundido en cada uno de nosotros el día de nuestra confirmación.
CANTO 1: En nuestra oscuridad (Taizé)
(Durante los momentos de silencio y reflexión personal, podríamos ponernos de rodillas, dando unos 30 segundos para la reflexión, la conclusión de este momento sería el inicio del canto, sin ningún otro comentario).
LECTOR: DON DE SABIDURÍA Ven, Espíritu Santo, llena nuestros corazones con el Espíritu de Sabiduría y enciende en nosotros la llama de tu Amor.
Este don es una gracia divina que permite al creyente ver y juzgar todas las cosas a través de los ojos de Dios. El Papa Francisco explica que, la sabiduría es el don del Espíritu Santo que nos permite ver todo con los ojos de Dios, sentir como Él y hablar con sus palabras. Es una gracia que transforma nuestra manera de pensar, sentir y actuar, alineándola con la voluntad divina. Este don nos permite juzgar las situaciones y decisiones cotidianas según la perspectiva de Dios, guiándonos hacia lo que es verdaderamente bueno y verdadero.
Silencio y reflexión personal: – ¿Cómo puedo crecer en la acogida y vivencia personal del amor de Dios?
CANTO 2: Tengo sed de ti. (Taizé)
Sacerdote: Imploremos el DON DE SABIDURÍA, para conocer y gustar en todo momento las cosas de Dios, y así poder discernir hoy lo que estamos viviendo como Iglesia Mexicana. “Ven, oh Santo Espíritu”.
LECTOR: DON DEL ENTENDIMIENTO. Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones con el Espíritu de la Inteligencia y enciende en nosotros la llama de tu Amor.
Don del Entendimiento, también conocido como Don de Inteligencia, nos permite comprender profundamente las verdades reveladas por Dios, más allá de una simple aceptación intelectual. El Don de Inteligencia nos capacita para comprender las realidades divinas y espirituales con una visión profunda y luminosa. Se trata de una gracia especial que ilumina la mente y el corazón, permitiendo al fiel percibir la verdad de Dios en su vida diaria. Este don nos ayuda a entender las Escrituras y los misterios de la fe de manera más profunda y personal.
Silencio y reflexión personal: ¿En qué aspectos de mi vida puedo comprobar la influencia del Espíritu, mi docilidad a su acción en mí, en la Iglesia, en la sociedad?
CANTO 3: Veni Sancte Spiritus (Taizé)
Sacerdote: Imploremos el DON DEL ENTENDIMIENTO, que nos ayuda a conocer y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de una Iglesia que quiere poner lo más importante en el centro: Cristo el Señor.
LECTOR: DON DE CIENCIA Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones con el Espíritu de Ciencia y enciende en nosotros la llama de tu Amor.
El Don de Ciencia, nos permite comprender profundamente las realidades divinas y ver el mundo con los ojos de Dios, que capacita al cristiano para juzgar correctamente todas las cosas creadas, reconociendo su origen en Dios y su destino final en Él, permitiéndos una comprensión profunda y espiritual de la creación. Nos ayuda a ver más allá de las apariencias y a descubrir el propósito divino en todo lo que nos rodea.
Se manifiesta en nosotros como esa capacidad de Discernimiento espiritual, Valoración de la creación, Desapego de lo mundano, Testimonio coherente, conforme a los valores del Evangelio, mostrando a los demás el amor y la verdad de Dios a través de nuestras acciones.
Silencio y reflexión personal: ¿En qué percibo que el Evangelio de Jesús es la referencia fundamental de mis criterios y actitudes?
CANTO 4: Ven Espíritu, fuente de vida (Berthier)
Sacerdote: Imploremos el DON DE CIENCIA, y así cambiar todo aquello que hoy ponga en riesgo la integridad y la dignidad de cada persona, especialmente los más débiles y pequeños.
LECTOR: DON DE CONSEJO Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones con el Espíritu de Consejo y enciende en nosotros la llama de tu Amor.
El Don de Consejo es un don que perfecciona la virtud de la prudencia, guiándonos para tomar decisiones sabias y conformes a la voluntad de Dios en situaciones concretas de la vida diaria. Es una gracia que permite nos juzgar rectamente en los casos particulares, orientando sus pensamientos, sentimientos e intenciones según el corazón de Dios. Este don ilumina la conciencia, ayudando a discernir lo que es lícito y conveniente para alcanzar el fin último de la salvación. La oración y la escucha atenta de la Palabra de Dios son esenciales para acoger y vivir este don.
Silencio y reflexión personal: ¿Cómo busco servir a Dios y a los hermanos y colaborar al bien común con todas mis capacidades y dones?
CANTO 5: Ven Espíritu de Dios (Berthier)
Sacerdote: Imploremos el DON DE CONSEJO, para trabajar entre todos en generar una cultura del cuidado, que impregne nuestras formas de relacionarnos, de rezar, de pensar, de vivir la autoridad; nuestras costumbres y lenguajes y nuestra relación con el poder y el dinero.
LECTOR: DON DE FORTALEZA Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones con el Espíritu de Fortaleza y enciende en nosotros la llama de tu Amor.
El Don de Fortaleza es uno de los siete dones que fortalece el alma para vivir con valentía y perseverancia, incluso en medio de las dificultades y adversidades que se nos presentan en la vida diaria, es una gracia que nos capacita para enfrentar los desafíos y sufrimientos con firmeza, sin ceder al miedo o al desaliento. Se trata de una fuerza divina que proviene del Espíritu Santo y que nos sostiene en momentos de debilidad. Este don nos permite mantenernos fieles a Dios y a nuestros principios, incluso cuando enfrentamos persecuciones, injusticias o pruebas personales, y a responder al amor de Dios con valentía. Es esencial en la vida diaria para mantenernos firmes en nuestra fe y en la búsqueda de la santidad.
Silencio y reflexión personal: ¿En qué situaciones soy testigo de la fe cada día? Y ¿cómo intento ser coherente con ella?
CANTO 6: Ubi cáritas (Taizé)
Sacerdote: Imploremos el DON DE FORTALEZA, para ser valientes al enfrentar las dificultades, y a no tener miedo de ser los protagonistas de la transformación, que hoy se nos reclama como pueblo de Dios.
LECTOR: DON DE PIEDAD Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones con el Espíritu de Piedad y enciende en nosotros la llama de tu Amor.
El Don de Piedad nos capacita para vivir una relación filial con Dios, caracterizada por la confianza, la gratitud y la alabanza. No se trata de una piedad superficial, sino de una auténtica amistad con Dios que transforma nuestra vida y nos llena de alegría.
El Don de Piedad se manifiesta en nuestra vida cotidiana de diversas maneras, en nuestra Oración sincera, nuestra vivencia y participación en los Sacramentos, con sincero amor al prójimo y con plena confianza en Dios, manteniéndonos firmes en comunión con Él. Este vínculo con el Señor es una relación vivida desde el corazón: es nuestra amistad con Dios, que nos llena de entusiasmo y alegría.
Silencio y reflexión personal: ¿Cómo estoy viviendo mi relación con Dios desde el amor? ¿cómo me siento en verdad hijo suyo, cómo trato a los demás como hermanos, sin acepción de personas ni discriminación alguna?
CANTO 7: Contemplaré tu vida en mi (J. Bethier)
Sacerdote: Imploremos el DON DE PIEDAD, para aprender a tratar con inmenso respeto a quienes nos rodean, a compadecernos de sus necesidades y a aprender de la piedad popular a entablar un nuevo tipo de relación, de escucha y de espiritualidad que exige respeto y no se presta a lecturas rápidas y simplistas, pues la piedad popular «refleja una sed de Dios que solamente los pobres de espíritu y los sencillos de corazón pueden conocer».
LECTOR: DON DE TEMOR DE DIOS Ven Espíritu Santo, llena nuestros corazones con el Espíritu de Temor de Dios y enciende en nosotros la llama de tu Amor.
El Don de Temor de Dios, nos capacita para vivir una relación filial con Dios, caracterizada por la confianza, la gratitud y la alabanza. Es un respeto profundo que nos lleva a reconocer la grandeza de Dios y nuestra pequeñez ante Él. Temor a perder nuestra amistad con Dios, por nuestro pecado, que nos aleja de él, y nos hace perder el estado de Gracia. Este don nos recuerda cuán pequeños somos ante Dios y su amor, y que nuestro bien está en abandonarnos con humildad, respeto y confianza en sus manos. Es un abandono en la bondad de nuestro Padre que nos ama.
Silencio y reflexión personal: ¿Cómo puedo dar un impulso nuevo a mi vida desde el agradecimiento a Dios?
CANTO 8: Nada te turbe (Berthier)
Sacerdote: Imploremos el DON DE TEMOR DE DIOS, que nos ayuda a no creernos perfectos, a no encubrir y disimular el mal que hacemos, sino que a poner en el centro al único que puede sanar las heridas y tiene un nombre: Jesús el Hijo de Dios. “Ven, oh Santo Espíritu”.
Guía 2: Compartamos nuestros sentimientos de gratitud y alabanza a Dios Espíritu Santo, confiando que Él nos dará la gracia para renacer de nuevo. Hacemos juntos la siguiente oración:
Monitor: Decimos juntos (repetir en silencio, leer con calmar):
“Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida.
Creo en su soplo, a veces imperceptible, pero lleno de fuerza,
que nos estimula a crear comunión con nuestros hermanos.
Creo que Él nos hizo renacer de las aguas del bautismo,
y nos constituyó hijos de Dios y hermanos de Cristo Jesús.
Creo que en la confirmación renovó la gracia de Pentecostés
y, fortalecidos con su unción,
nos envió como miembros de un pueblo sacerdotal y profético
a dar testimonio de Cristo en medio del mundo”
Canto 9: Espíritu Santo, ven, ven.
ORACIÓN COMUNITARIA DE INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Lector 1: Es el Espíritu Santo, quien fortalece nuestra de fe y valor para poder ser protagonistas de este necesario proceso sinodal, de renovación personal y eclesial.
Lector 2: Señor, queremos pedirte que nos envíes la luz de tu Espíritu para asumir que una Iglesia solidaria es capaz de comprender y conmoverse con las llagas de los que sufren, hacerlas suyas, sufrirlas, acompañarlas y moverse para buscar sanarlas.
Todos:
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
fuente del mayor consuelo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Lector 1: Muchas veces nos sentimos fatigados. Necesitados de tregua y descanso, de frescor en las horas de bochorno y de consuelo en nuestras penas. Ven y danos tu paz, Espíritu Santo. Ayúdanos a vivir como pueblo de Dios, como pueblo de hermanos que consuela y enjuga las lágrimas de los que sufren.
Lector 2: Señor, envía la fuerza de tu aliento para destruir en nosotros el poder del pecado, doma el espíritu indómito al extraviarnos, condúcenos de vuelta al sendero.
Lector 1: Tú nos envías siempre tu aliento, pero nos distraemos y no nos dejamos llenar de tu gracia. Somos pecadores. Rebeldes de pensamiento. Se nos tuerce fácilmente el camino. Ven y danos tu fuerza, para que nos convirtamos. Purifícanos de todo pecado, guíanos, corrígenos, para que nuestro corazón se deje transformar por ti.
MOMENTO CONCLUSIVO (Dinámica de dones colocados en una canasta)
Lector 1: Con mucho orden ante la presencia de Jesús Eucaristía y es espíritu de recogimiento y oración, les invitamos a tomar de la canasta que está frente al altar, un regalo y encomienda que este día, el Señor quiere regalarte, para hacer vida los dones que nos ha dado y hoy ante su divina presencia hemos renovado.
Sacerdote: Señor, que has derramado tu espíritu a toda la creación y has dado a tu Iglesia el don del Espíritu Santo. Custodia en nosotros este Don, para que con la fuerza de tu Espíritu nos comprometamos a vivir un proceso de sinodalidad que nos ayude a establecer caminos de conversión y renovación personal y eclesial. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos: Amén
Bendición y reserva del Santísimo Sacramento.
Lector 2: Con la fiesta de Pentecostés, finaliza el tiempo pascual. El gesto de apagar el Cirio nos recuerda que el Resucitado ha dejado en nuestras manos la responsabilidad de continuar su misión liberadora. Ahora, en su nombre, nos toca a nosotros ser luz en medio del mundo, impulsados por la fuerza de su Espíritu. Que, a través de nuestro compromiso, sepamos hacer un proceso de discernimiento profundo que nos ayude a promover un proceso de renovación personal y eclesial.
Canto 10: Laudate Dominum
¿Qué es 3 Pasos para vivir el Evangelio Diario?
Es un espacio diseñado para acompañarte en el hermoso desafío de descubrir tu vida como un camino. Cada día nos encontramos ante la oportunidad de avanzar y este podcast busca ser una guía basada en la Palabra de Dios para dar tres pasos concretos hacia nuestra meta final: estar con Él.
Con reflexiones claras y accesibles exploramos juntos el Evangelio, desglosándolo en pasos prácticos que te ayuden a vivir más plenamente tu fe. Este esfuerzo no es solo un momento de escucha, sino una invitación a caminar juntos cada día al encuentro con Dios